Los cascos de seguridad son considerados un Equipo de protección Individual. Su principal objetivo es el de proteger la cabeza del operario que lo utiliza frente a diferentes golpes y riesgos de naturaleza mecánica, térmica, eléctrica…
Al igual que ocurre con el resto de equipos de protección, existen diferentes tipos de cascos de seguridad. Por eso, también son diferentes las normativas bajo las que se regula su uso. La elección de uno u otro dependerá de las tareas a realizar y de los riesgos a los que nos enfrentemos.
Los cascos de protección para la industria se regulan bajo la norma EN 397: 2012 + A1: 2012. Su función es proporcionar protección al operario que lo utiliza frente a posibles objetos que pudieran caer y las lesiones que esto pudiese ocasionarle.
Los cascos para la lucha contra el fuego en edificios y otras estructuras se regulan bajo la normal UNE EN 443: 2009. Su función principal es la de proteger de los diferentes riesgos derivados de las tareas de extinción de incendios.
Ya os hemos hablado en alguna ocasión de los cascos o gorras antigolpes para la industria. Si nos seguís, ya sabéis que su función principal es la de proteger la cabeza de los trabajadores de posibles golpes contra objetos inmóviles. Pero, hay que tener cuidado porque, no están destinados a proteger de los daños que puede causar la caída o proyección de objetos.
En este caso, la norma que regula este tipo de equipos de protección para la cabeza es la EN 812: 2012.
Por otra parte, encontramos los cascos de seguridad de altas prestaciones para la industria. Este tipo en especial está regulado por la EN 14052: 2012+ A1: 2012.
Además, están destinados a proteger de caídas de objetos e impactos que se producen fuera de la parte superior (cima).
Y, por último, encontramos los cascos de protección contra riesgos eléctricos. Son también conocidos como cascos eléctricamente aislantes para utilización en instalaciones de baja tensión. La normativa que los regula es la UNE EN 50365: 2003.